CALEFACCIÓN
INSTALACIÓN DE CALDERAS
La instalación de calefacción por agua caliente a través de emisores en cada habitación, ha sido, y de hecho es, la más habitual y la más conocida por todos, en la que calentando un fluido (agua), mediante una caldera (leña, gasoil, gas, electricidad, pellet, etc.), que transportado por medio de tuberías (acero, cobre, plástico, etc.) hasta los emisores (radiadores, toalleros, fan-coil, etc.), producen el confort ambiente deseado.
RADIADORES
La función de los radiadores es intercambiar calor del sistema de calefacción para cederlo al ambiente, y es un dispositivo sin partes móviles ni producción de calor. Forma parte de las instalaciones centralizadas de calefacción.
Un radiador necesita un mantenimiento consistente en un purgado periódico, por el cual se elimina el aire que haya entrado en las cañerías impidiendo la entrada de agua caliente a los elementos que conforman el radiador. Aparte del purgador, un radiador tiene que tener una entrada de agua caliente con una llave de paso, y una salida para agua enfriada con otra llave que sirve para el equilibrado hidráulico y para desmontar el radiador, que se llama detentor.
SUELO RADIANTE
Es un sistema de calefacción eléctrica, de calefacción por agua caliente o calefacción por hilos de fibra de carbono que emite el calor por la superficie del suelo. En los sistemas por agua el calor se produce en la caldera y se lleva mediante tuberías a redes de tuberías empotradas bajo el pavimento de los locales, mientras que en el sistema de calefacción por fibra de carbono, el calor se emite por filamentos ultra finos de fibra de carbono instalados bajo el suelo.
Tuberías para un sistema de calefacción por suelo radiante, antes de montar el pavimento.
El emisor podría ser por cualquier otro de los paramentos de los locales a calefactar (paredes o techo), pero como el aire caliente asciende, lo más lógico es emplear el suelo. En cualquier caso, como el calor se transmite por convección y conducción, y el cuerpo humano es un buen absorbente del calor.
Este sistema tiene la ventaja de que la emisión se hace por radiación, por lo que se puede tener en los locales habitados una temperatura seca del aire menor que con otros sistemas de calefacción, lo que supone menores pérdidas de calor por los muros, techos o suelos en contacto con el exterior. En España, con las temperaturas mínimas exteriores normales, el ahorro de este sistema puede estimarse entre un 15% y un 20%, sin disminuir las prestaciones en cuanto a comodidad térmica (sensación térmica).